lunes, 13 de abril de 2015

Jefatura

¿Es importante la jefatura en un equipo? ¿Está bien que la jefatura sea un premio? ¿Lo mejor es en base al pasado?

Como en todas las organizaciones, debe haber una estructura de cara a la coordinación de la unidad, tanto en los servicios como en la gestión administrativa del equipo. Para ello debe haber una serie de jefaturas, adecuado a las necesidades de cada organización. Como comento en otras entradas anteriores, debemos ser eficientes, en función de la estructura ya existente, no sirve de nada tener más "jefes" que "indios", ni tener demasiada poca jefatura que te impida gestionar adecuadamente la unidad.

Briefing antes del servicio. Imagen: CR Barcelona.

Muchas veces el ser jefatura conlleva ventajas, pero esto viene dado porque también tienen más exigencias que cumplir. Por lo tanto ser jefatura nunca debe ser una decisión de cara a tener ventajas, sino una aceptación de que vamos a realizar más trabajo y vamos a tener una mayor responsabilidad que otros compañeros. Si no se tiene en cuenta esa premisa básica, pueden pasar dos cosas, o que el peso de todo el trabajo lo realicen unos pocos mientras que el resto simplemente disfruta de la parte buena, lo que es a todas luces injusto, o que todos decidan pasar de las responsabilidades, lo que supondría la caída del equipo en cuestión de tiempo. Es por tanto tarea de los máximos responsables garantizar que todo el mundo realiza su cometido, y en caso contrario invitarle a dejar la responsabilidad, dándosela a alguien que esté más comprometido.


Instalación PSA en el Bando. Imagen: VOST Murcia.

Es muy importante también dejar claro un aspecto, la jefatura no es ni debe ser un premio. Por mucho que hayas hecho, por muchas horas que hayas estado, si no eres válido no debes ser jefatura, aunque todo el mundo considere que te lo mereces por tu empeño. Una cosa son los premios y reconocimientos, y otra bien distinta la responsabilidad y coordinación. Si estos puestos se dan como premio, al final la gestión se verá afectada, y el personal base mostrará quejas por ello, seguramente por no entender como se pueden dar puestos de gestión a personal que no está suficientemente preparado.

Responsables identificados con Petos, Medio Maratón Madrid.

Cuando se producen cambios en la jefatura, no hay que pensar en el pasado, en todo lo que se ha hecho, en que en base de eso el mejor candidato es uno u otro; hay que pensar en el presente y el futuro. Si una persona ha conseguido levantar un equipo casi desde las cenizas, ha hecho cambios muy importantes que han supuesto un avance considerable tanto cuantitativo como cualitativo de la unidad, puede que sea el mejor candidato para la jefatura del equipo, o quizás no. El pasado está bien, pero siempre hay que ver lo mejor para el presente y futuro del equipo, y quizás otra persona que ha hecho menos hasta ahora, pero que tiene potencial y grandes cualidades es mejor opción de cara a gestionar la cúspide del equipo, porque siempre debemos tender a la visión del equipo, y no a individualidades. Así mismo es importante tener una jefatura "viva", no temer el hacer cambios, porque así garantizamos que siempre van a estar los que más compromiso y valía tienen de cara a la gestión de nuestro equipo, sin por ello dejar de lado la experiencia y conocimientos de personas que lleven muchos años en estos puestos.

Personal CR gestionando equipos. Imagen: CRE_Emergencias.

Nunca debemos olvidar que aunque ocupemos un puesto de responsabilidad, somos uno más, y debemos estar como cualquier compañero trabajando, y en nuestro caso, montando estructuras o reparando equipos, porque todos somos iguales, independientemente de las rayas que tengamos o dejemos de tener. Últimamente se está dando más importancia a la capacidad de mando, que al compañerismo, y personalmente creo que es un gran error. No hay mejor capacidad de coordinación que saber hacer grupo, y que la gente disfrute y haga el trabajo perfectamente sin tener que decir nada.

Varios miembros y jefaturas de diversas PC. Imagen: PC Villaviciosa de Odón.

Una jefatura eficiente, con la gente justa y necesaria, comprometida y válida, es fundamental para que un equipo funcione correctamente. Los cambios se deben considerar pensando en el conjunto, en el equipo; jamás en lo individual.

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